Los pececillos de Lavapies

En medio de la incertidumbre,
la certeza llega
con orejas grandes,
ronroneos,
todo pelos,
pececillos....
no paran quietos,
bribones míos,
que parece,
incluso,
que nacieron
bajo mi techo...
los observo
con ternura,
con delicia,
con asombro...
qué mágicos son!
espléndidos,
luminosos,
dulces...
cuando te observan,
si, ellos no miran,
observan a conciencia...
cuando te observan,
acarician,
envuelven,
pacifican....
cuando duermen,
parecen redondas castañas
crepitando en el fuego,
ronronean,
la casa se llena de paz.
ya no es una casa.
es un hogar.
he dicho.

hasta la siguiente!