...por
las tardes, cuando vuelvo a casa y dependiendo del camino que elija, en
un cruce de calles antiguas y de adoquines, a eso de las ocho o tal vez
un poco más, se sienten gritos y alardes, parece que cantan incluso...
se empieza a sentir un aroma a caracolas, pescado y espuma de mar que
emana de una pescadería de toda la vida, entre Tirso y Lavapiés,
mientras limpian y cierran, siempre alegres los pescaderos que parecen
salidos de pueblito costero del Mediterráneo....
quién dijo que mi
Madrid no tenía playa?.....
.. inspiración repentina en el facebook, que no quería que se perdiera...
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